Una vez más. La sexta vez. Nos hemos retirado juntos los que aquí estamos sentados posando para la foto. Los de aquí han venido de lugares distintos, lejanos, desde distintos tiempo. y en siete días nos hemos encontrado. En esta foto se ven apenas los cuerpos que cada uno ha traído, si se observa detenidamente se podrá observar la posición de las piernas. 5 las han cruzado. Se puede observar la posición de las manos. 5 las han separado. Es posible deducir que están diciendo wiski o alguna expresión parecida que da cierto aspecto de alegría o sorna. Para observadores natos hay más datos en la ropa o el corte de pelo. Si se amplia la foto se podrá incluso ver los ojos e indagar en ellos algo inusitado. Se puede también observar más tiempo la foto. Para quien está en esta foto el camino esta lleno de resquicios. de tesoros, de puertas abriendo y si observa es posible se sienta impelido a cargar a cada uno de estos seres con palabras, sonidos, geografías, cariños, miedos, rezongos y esperanzas. Para quien apenas mira, es más difícil saber quien ha venido de Francia, o de Uruguay, quien de La Boca, o Guayaquil, quien de Sao Paolo o Llavallol, quién de Florianópolis o Lomas de Zamora. Cuando yo miro esta foto, si me detengo, puedo entrar en ella y perderme en el retiro de estos 12 retirantes, puedo recordar y reír, recordar y pensar, recordar y admitir, recordar y soltar. No hay otra foto de este tipo sobre estos 12 retirantes. Creo no equivocarme en eso. En el carnaval del 2015, mientras para una cierta cantidad de creyentes , el mundo era tomado por el Diablo, los 12 de aquí fueron tomados por sí mismos. Están retirados del carnaval y han carnavaleado.
