Escritor, cineasta, actor, director, formador

Cantá, Mamá

por Sergio Mercurio

por Sergio Mercurio

Mamá está grande. De edad. Eso la hace parecer una niña. Estoy ahora frente a la niña que ha sido mi madre. Soy un hijo que acciona como padre. Si mamá fuera religiosa algo le remitiría a Jesús. Se sienta delante del psiquiatra y está por comenzar a contar que se olvida. Coloco suavemente la mano en el hombro y ella me mira. Le explico que aquí venimos a hablar de otra cosa. Acá puede y debe contar lo del robo. El psiquiatra escucha. Mira. Mamá me dirá que es un buen hombre. Que le pareció cercano. Uso la palabra, campechano. Mientras mamá explica, el hombre le sostiene la mirada. Dice la palabra terrible. Finalmente dice que hay que matarlos. Lo miro y no asiento ni niego. Solo escucho. ¡Qué importan las opiniones! El día que le sucedió eso a mamá un tipo de enfrente que yo no había visto nunca vino a explicarme que eso fue culpa del gobierno. De los políticos. Lo miré un rato hasta que me cansó su cantinela y finalmente volví a no verlo nunca más. Cuando la violencia viene y se instala hay que escapar al modo que pensaba Alfredo. Pienso. Pienso. Pienso mucho. Trato de instalar en mi cabeza una certeza. El tiempo que le dedico a los malignos ellos ganan. Qué importa mis opiniones. Tengo que rescatar a mamá. Mamí, levantate. Mamí vamos, tenés que retomar tus cosas. Es que me pegaron mucho en los riñones. Me duelen. Usted que piensa, dice el psiquiatra. Pienso que está deprimida. Es que fue terrible. Nadie tiene que vivir lo que usted vivió. Nadie. Me duelen mucho los riñones. ¿Se hizo ver? Si. No tiene nada en los riñones. Usted está un shock. Es normal por haber sufrido algo anormal. A esta edad los psicofármacos no son recomendables. Le voy a dar un remedio que es viejo pero es muy bueno.

Son aminoácidos. Yo cantaba. Bueno, este remedio le va a dar ganas de volver a cantar. Tiene que volver a todo. Es campechano. Me hizo sentir bien. Mamá, como vamos a hacer para que no te olvides de tomar este remedio. ¿Qué remedio? El que nos acaba de dar el psiquiatra. Es un buen hombre. Si, mamá. Mamá mañana vas a volver al gimnasio y el sábado tenés que cantar. Es el cumpleaños de mi vecina. Leli cumple 90 años. A Rosi se le ocurrió que le cantes una serenata. Tu esposa es un ángel, pero por ahora no, quiero descansar. Mamá hace un mes que entraron los tipos. Vos te estas dejando ganar por la depresión. No sé. ¿Vos me ves deprimida? ¿Por qué no estás cantando más? Porque el profesor no puede venir, tiene mucho trabajo. No te preocupes por mí, hijo. Yo quiero estar con vos. Está bien. Me gustaría llorar. Es que siento el olor del tipo. Cualquier ruido me da miedo. Yo agacho la cabeza vencido y me confiesa; “Lo que pasa, es que yo siempre justifiqué a esta gente. Siempre los defendí. Incluso cuando me estaban torturando pensé que eran unos pobres muchachos, que habían sido maltratados por la sociedad, por eso les pedía que estén tranquilos. El malo seguía malo y justo ahí a uno se le escapó el nombre de otro: Horacio. Se dieron cuenta y la quisieron arreglar. Por Horacio Guaraní. Qué triste me hizo sentir que esa gente, tan mala, supieran quien era Horacio Guaraní. Hubiera preferido que los que me maltrataban no lo conocieran. Mamí,¿vas a cantar el sábado? Te acordas que Rosi te invito. El ángel brasilero me invitó pero no puedo. Me duele mucho lo que yo pensaba. Cantá mamá, por favor, cantá.

Este día mamá no quiere nada. Pero el sábado me pide que la busque. Y viene a cantar.

36 comentarios

  1. Sergio pese al dolor y a la impotencia de esto tan terrible que le paso a tu mama y a tu tia, todo se empieza a iluminar. Eso senti cuando lo lei, que el arte nos puede sanar pese a todo y que ustedes lo tienen en el alma. No dejo de llorar. Abrazo.

    1. Vero querida, gracias por tu comentario. Eso que afirmas acerca del arte me hizo acordar a algo que escuchè del actor Ethan Cohen, el niño estudiante en la pelicula «la sociedad de los poetas muertos» Él dice que solo cuando el dolor, el inmenso dolor te llega es cuando te das cuenta de la fuerza y la necesidad que tenemos de, por ejemplo, un poema.

  2. Ay Sergio! qué maravillosa palabra la tuya mostrando de qué se trata cuando el dolor va más allá… y la sabiduría puede acompañar… Gracias nuevamente… Matilde

  3. Viva la música, viva lo que sintamos o pensemos que es arte, nos tiene vivos ese lenguaje más que el verbal, nos gana cuando no podemos más. La belleza de tu madre lo demuestra, gatillado por el hijo pero allí está! Gracias por el videíto, un renacer de tu viejita!

  4. El gasto de la vida, gracias por compartí el trecho de tal enredo doloroso , y ese instante … el del canto.

  5. Y cantó como los ángeles por decir algo sublime y, aunque yo nunca escuché cantar a los angeles es sabido-como decía mi suegro- que cu ando se quier e llevar al máximo la valoración de algo, se dice así, «como los angeles» Y eso fue, porque vi y escuché su voz en el vidídito. Entonó y desgranó la letra de una vieja canción con la simpleza de lo profundo, con un sentimiento genuino que plasmó la emoción colectiva entre los presentes y, apareció en la puerta de su casa la destinataria del homenaje y derramó lágrimas de alegría y agradecimiento. Nadie sabía lo que había pasado esa ocasional cantora unos días antes pero su canto le habrá dado paz y serenidad porque es lo que habitaba en la vereda de Leli. No todo está perdido, nosotros también lloramos con emoción y alegría. Tu relato ha puesto la nota previa que hacía falta para comprender tanta emoción que se vivió en la puerta de una vecina que estaba sola en esa mañana de otoño.

  6. Qué maravilla, dice Leli, y todxs vibramos de ternura y emoción con ella. Tu vieja es poderosa. Que el dolor y el miedo se aparten de ella.

  7. Gracias Sergio por compartir. La verdad es que no tengo palabras, solamente, a la distancia, acompañamiento.

  8. Muy conmovida me dejó el cuento de Mamá, pues como la vida se nos hace cuentos tan vividos de dolores y amores y felicidad. Y el sabado mamá cantó y el barrio se juntó convv Ch la vecina y esto es la belleza de la vida que es el cuento de otro…

  9. Que hermoso que hayas compartido el video tambien… Tan lindo escucharla, y verlas! Las artes siempre transforman, transmutan, y muchas veces borran toda la maldad

  10. Querido Sergio: intenté muchas veces entender la maldad extrema. Digo así porque todos hemos sidos malos con alguien alguna o varias veces ¿no? pero nos damos cuenta y volvemos en sí. Es como un sueño, nomás. Pero esa maldad extrema es incomprensible; traté de entenderla, pero sólo me lleva a un sentimiento que no me hace bien. Tampoco se debe justificar, cada persona es responsable de lo que hace y de lo que no. El camino es seguir creando belleza como tu mamá cantándole a su vecina detrás de la reja. Eso es mayor y mejor. Muchísimo más grande.

    1. Gracias por este mensaje lejos del maniqueísmo. Gracias por escribir lo difícil. Todos hemos sido malos con otros. Siento lo mismo. Tal vez hemos sido brutales con algun animal. La brutalidad sigue, o siempre a estado solo que creamos mecanismos para que no nos toque. La vejez nos deja descubiertos. No somos una sociedad que necesite de viejos. Mi camino espero que siga por aqui, pero que puede uno saber del futuro?
      Cuando mi madre me dijo eso de que le dolía lo qie pensaba. Eso de haber defendido a quien la atacaba, me volvio Borges y también aparecio a un mensaje para el futuro. Me dolerá lo que hoy defiendo?

  11. Sergio querido leerte es cómo cuando sale el Sol después de varios días nublados. Gracias por recordarnos que el arte es como la lluvia que borra las heridas del alma. Un abrazo profundo.

  12. Tu fuerza y la de tu vieja son descomunales. Atravesando tormentas. Hermoso relato

  13. Sublimar de esa forma el dolor, la indignación y tantos sentimientos que pienso deben surgir ante una situación así es brillante.
    Me transporté a ese momento con el médico, necesario e ineficaz? No sé, a veces los dolores son tan hondos que no se encuentran ni llegan los medicamentos.
    Maldad, crueldad… La humanidad degradada me angustia, pero ese hijo ahí presente y persistente redime.

Se agradece compartir

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