Escritor, cineasta, actor, director, formador

De mí

por Sergio Mercurio

por Sergio Mercurio

	
	Si  hubiese sido otro reescribiría “Instantes”
	Lamento preferir  las letrinas a los alcanfores
	Estoy  harto de desayunar “Raid”
	Si fuera cíclope tendría una excusa
	Estoy inscripto en el ejército de desahogo
	Tomo clases de estética con los vikingos
	Me duelen las uñas de la piel
	
	Soy permeable a los precipicios
	Hablo por el culo ( en sus dos acepciones)
	Lloro solo antes de los orgasmos
	Soy hijo de un acento
	
	Dejo los sufrimientos para momentos más tristes
	Pienso que el queso roquefort está totalmente podrido
	No sé si no dono sangre por egoísmo o por hepatitis
	
	No creo en la vaselina

	Tengo arruinada la columna de tanto mirarme
	
	Poseo bienes inmateriales que robé
	Supongo que amar es escandaloso

	Dormir en la pulpa de un durazno ese es mi destino
	Para saber de donde vengo dejo un camino de pelos

	En cuanto a mi estoy más cerca del odio que de la traición
	Lamento el lamento que lamenta las objetivas condiciones que poseo para el llanto
	No sé ser perdido pero rehúso ser ganado
	
	El que sabe se calla, por eso hablo

	Dame un descanso y te traeré problemas
	Lo único que me contenta son las vaginas morfologicamente pequeñas
	Antes yo era Dios, ahora yo soy yo y encima Dios es mío
	Mi mejor amigo estudia de cebolla

	Soy amplio si es angosto

	Siempre quiero creer que quiero decir algo
	Algo para hacer o moriré de miedo
	Desde que sé que hay gusanos que se transforman en mariposas me hundo en mi mediocridad esperando la metáfora
	No cago sin hacer popo
	
	Más soy hijo de mis manos
	
	Cuando hablan de mí escucho, con  lo otro hago que pienso
	Ignoro la transpiración de los próceres
	
	Si es por volverme loco prefiero plantar dalias
	
	Cuando me opaco salpico brea
	La mujer que denuncia mi futuro desde y entre sus piernas me acusa de biblioteca
	Porque no quiero morir tengo un par de proyectos
	Gruño hasta la diarrea o las hemorroides
	Soy guardaespaldas de una calesita
	
	Busco mi esencia sin saber que de tanto pasar la voy pisoteando

	De haber sabido que iba a ser un héroe hubiera estudiado inglés y computación

	Los cuadros de Picasso deben ser buenos
	No soy poesía 
	
	Soy irreverente en el trato a las rejas y a los candados, confío para ahorrar tiempo
	
	Leal a mi epidermis
	Me golpean porque quiero y porque quiero me salvo.
	

10 comentarios

  1. Me voy a tomar un tiempo, Ahora vuelvo. Te digo una cosa. Es demasiado para mi. No se qué decir, ya vuelvo.

  2. Casi te leo con los oídos, ese suave acento que me maravilla… Te abrazo con el alma.

  3. claro, tomé el camino mas corto para regresar y comentar el poema. Treinta años atrás no te conocía, no puedo entonces dar una opinión sobre el contenido del texto que pareciera escrito por un yo desconsiderado con el otro, que que no es otro que uno mismo. No te conocía hace treinta años, no se si lo escribió uno o el otro o si realmente el otro existía en realidad. Creo, desde la vereda donde transita la ignorancia, que ese poema es un estado de sentimientos temporales enfrentados estallando como fiscales patéticos. No es malo, ocurre por esto y por lo otro a todos nos ocurre alguna vez. No te conozco desde hace 30 años, tal vez desde la mitad de ese tiempo y te sé genial, creativo, con una especial inteligencia y la cualidad innata de ganar amigos. Tu consideración sobre ti mismo hace tres décadas y que dices no ha cambiado mucho, no la comparto y gracias como siempre.

  4. Impressionante e preciso. Grato Sergio. Mais uma vez. Suponho que amar seja escandaloso! Este e o derradeiro versos me alçaram do chão.

    1. Olha só, mais uma vez sinto a estranheza de estar falando de uma coisa muito íntima e alguém a encontra com forma de espelho

  5. Sergio. Unas frases magistrales, dignas de copiar en las hojas de una agenda, para recordar a diario.
    Ahora yo soy yo y Dios es mío.
    Provengo de un acento.
    Soy guardaespaldas de una calesita.
    Tantas otras.
    Me gustò mucho!!

Se agradece compartir

Escritura
Sergio Mercurio

Charly

Atravesó la puerta del salón con unos anteojos ni muy tradicionales ni muy novedosos. La nariz aguileña y los ojos azules. Encorvado, fruto de haber

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