Escritor, cineasta, actor, director, formador

Mañana

por Sergio Mercurio

por Sergio Mercurio

-Señor yo me siento mal, sufro, pero vivir es una maravilla.

-¿Usted es usted mismo?

– No entiendo, discúlpeme

-Me refiero a si usted es usted mismo.

– Desde un punto de vista sicológico le diría que aun no lo soy, tengo traumas que esquivo, que no supero. Aun tengo en mente desarrollar mi potencial, ser astronauta, sabe, o futbolista.

-Muy interesante esta respuesta, a su edad, pero responda. ¿Usted, en este momento, es usted mismo?

– Eh, ¿le tengo que ser sincero?

– Sí, eso le estoy pidiendo.

– Bueno, en ese caso diré la verdad a secas.

– Dígala.

– Soy clonado.

– ¡Ahora estamos hablando como humanos! ¿Sabe quien es su original?

– ¿Cómo voy a saberlo? Ese tipo se borró.

– ¿Qué dijo, qué hizo?

– Es una forma de decir, me dejó unos despelotes que ni se imagina con medio mundo, además las deudas…

-¿Usted sabe que, por la legislación vigente, los clonados no pueden hablar mal de los originales?

– Sí, sí, Doctor, pero estoy recurriendo a su sentido común, a su humanidad.

– ¿Usted es clonado: sí o no? Responda con una sola palabra

– Sí.

– ¿Usted es considerado humano por la legislación humana?

– No, aun no.

– Una palabra.

– No.

– Explique.

– Es que solo somos considerados experimentos de alto riesgo por esa ley, pero fiíjese que el problema lo hacen los originales. En mi caso el nunca estuvo satisfecho con él mismo. Empezó a mudar sin parar. Fue una carrera desembocada.

Empezó cambiando de color de pelo, después de nariz, género, más tarde se puso aditamentos electrónicos. Se incorporó células madres de otros seres. Siempre quiso ser otro. Hasta dónde yo sé, él…-Remítase a las preguntas usted ¿tiene derechos para hablar así de alguien? ¿ De su original?

– No, no, no señor. Pero entienda que mi original nunca fue original. Cualquier clonado apenas quiere vivir.

-Muy bien. Eso quería escucharle decir, espero que usted también se haya escuchado.

– Señor yo me siento mal, sufro, pero vivir es una maravilla. Entienda Doctor, a los clonados nos toca todo lo peor, mientras ustedes, los humanos, nos esclavizan.

– Pero, cosita extraña, sabe, ¿quien soy yo?

– Sí usted es un sicólogo.

– ¿Entonces?

– Ayúdeme a vivir?

Llene este cupón.

– ¿Es lo que estoy pensando?

– Si, es un celular.

– No sabe cuanto me alegro.

– Me imagino. Sepa que su celular al activarlo, le saldrá un humito, pero no se preocupe. Apenas pase eso, respire.

-Voy a ser humano. Voy a tener un celular. Eso es lo que siempre soñé, me hace muy mal estar solo pensando.

– Lentamente, como nosotros, dejará de pensar y verá que no necesitará de nadie más que esta compañía ideal.

– No quiero ser otro clonado que hace problemas.

– Me lo imagino, le daré uno especial.

– Gracias

– Puede retirarse.

El clon sale. El humano, toca su oído y un botón se ilumina. Mirando al horizonte habla.

-Salieron mal. Es el eterno problema. Apenas pase por ahí denle esos celulares a los que se les activa veneno. Dios mío, ¿Qué cosa estamos haciendo mal?

2 comentarios

  1. Sergio , me encanto,me gustan las distopias, confieso que cuando aparece el celular me desilusione, quería seguir en el otro mundo.
    Brazil y teorema 0 de Terry guilliam ,comparto esas películas que van de la mano con el cuento.
    Saludos y bien comienzo de año!

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