Primeras imagenes del Naufragio

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por Sergio Mercurio

Cargar un libro en un colectivo es la última revolución en que he creído, hace días que la practico, se me torna fácil porque es el último libro de Arriaga. Cuando algunas páginas me sacuden, soy revolucionado entonces el punto y aparte me lleva al respiro y levanto la cabeza por dos razones, verificar la altura  del camino y respirar. Ahí lo advierto soy el único que tomo aire, en el naufragio los demás se ahogan en sus celulares.

Vuelvo al libro apenas una párrafos porque debo llegar, levanto la vista de nuevo y entonces me habla. Debe tener 16 años, y 61 kilos. Un ser capicúa. Señor, qué está leyendo.  Me quedo flotando junto a un niño disfrazado de escolar que insiste en saber la historia que leo, Se la cuento en el oleaje.  Voy a buscarlo me dice. Cuando la puerta se abre y doy un paso, estoy en la orilla.



Unos días después de la muerte, Roby me escribió. El día que muere nuestra madre es exactamente el momento en que terminamos de atravesar el río y vemos por primera vez  la vida desde esa orilla. Hoy es la primera vez que espero una muchacha siendo un viejo, tiene una edad intermedia entre mis dos hijas,  se sienta y me explica que en la universidad le pidieron que haga una entrevista a un referente de su ciudad. Desconozco como esta chica se ha sumergido tan hondo para verme, extiende sobre la mesa dos hojas escritas muy prolijamente. ¿Puedo grabar? La primera pregunta demuestra que estuvo leyendo y buscando todo lo que está escrito. Los ojos de la niña me escrutan. Parece que siempre ha ido a contramano. ¿No le da ansiedad no hacer lo que todos están haciendo? Entonces advierto que hace tiempo que venía aguantando el aire. Una luz atraviesa el fondo del mar y respondo que sí, me da ansiedad. Digo sí, y me desahogo. Digo sí, y se que ella entiende no. Porque a veces para decir la pura verdad debemos hacer un chiste, dudar, repreguntar o apenas mentir. Yo digo Sí, porque no quiero salvarme solo. Decir Sí, es una invitación a los que les falta el aire. Entonces sucede algo. Ella me dice que vive ansiosa, preocupada con lo que se pierde. Entonces vuelvo a verificar el oleaje. Observo el fondo del mar, hay que confiar aun hay aire para todos. Entonces pienso en la cita del viejo ciego. Todo encuentro fortuito es una cita.

3 respuestas

  1. preocupada con lo que se pierde.

    El día que muere nuestra madre es exactamente el momento en que terminamos de atravesar el río y vemos por primera vez la vida desde esa orilla.

    Hermoso como siempre

  2. A partir de aquí me perdí: . Cuando algunas páginas me sacuden, soy revolucionado entonces el punto y aparte me lleva al respiro y levanto la cabeza por dos razones, verificar la altura del camino y respirar.

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