Porto Alegre

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por Sergio Mercurio

Estoy llegando a la Universidad Jesuita donde va a empezar la larga jornada, el coche desacelera y veo lentamente como el hombre camina hacia un mástil con la bandera en su mano. Es una situación habitual pero hoy esta cargada de simbolismo. Engancha la bandera verde con el rombo amarillo y con un gesto la comienza a izar, no tiene nada para resaltar. Las costumbres son así. Sin embargo  nunca había visto esto antes en este país o si lo vi lo olvidé, o si lo vi no me importó o si lo vi Bolsonaro no estaba condenado a 27 años y 3 meses de prisión.  Ayer mientras veía la tele, por un momento recordé claramente el veredicto del juicio a las juntas, las malas juntas. En estas calles no se percibe nada, tal vez porque ulltimamente y hace años fueron tomadas por un tipo que se llamó patriota e hizo que sus ideas se identifiquen con la bandera de Brasil solo que en el último tiempo dio un volantazo e hizo que se identificaran mucho más con la bandera yanqui. Desde ayer los patriotas están contra Brasil será por eso que me agrada tanto ver que la bandera brasileña se levanté en el aire después de un tiempo confuso. Entramos a la Universidad. Está por comenzar y todavía no entiendo bien donde estoy, solo que confié plenamente en quien me convocó. César vino al taller Retiro del año pasado, sé que vivió cosas conmigo que le provocaron que yo abra el evento, se llama Ecosys Un Summit, no tengo idea que quiere decir todo eso. Solo sé que abrimos con Rosi con el espectáculo Viejos y que cierra nada más y nada menos que Drexler. Sí, Drexler cierra lo que yo abro, solo que el hermano, será una jornada donde lo que sucederá combinará el arte, la ciencia y la espiritualidad. No creo que a las 9 de la mañana de un viernes se pueda llenar un teatro de 450 personas. Una vez más creo mal.  Mis creencias casi nunca se cumplen. Ahora, estoy después de 21 años por presentarme en Porto Alegre. A medida que se acerca el momento de comenzar el evento entran artistas a saludarme. Me abrazan con una cercanía, que me es familiar, los recuerdo de cuando era un viajero, solo que ahora están llegando además personas que conocí en Banfield, viajaron desde distintos lugares, en diferentes oportunidades, para trabajar conmigo.  Siento una contradicción espeluznante. Hace 3 semanas estaba en mi casa viendo la indiferencia que la Argentina, pero sobre todo Buenos Aires, siempre ha tenido con mi trabajo.

He sido extranjero en más de 20 países, sin embargo,  en el único que no debería serlo lo soy. El único país donde soy extranjero es en el que nací. Ahora estoy aquí, en una ciudad que nunca me gustó y no demoraré mas de unas horas para sentirme reconocido y querido. En los bastidores una mujer me muestra una foto que se tomó conmigo hace 15 años, en otra ciudad, quiere tener una actualizada. Cuando el espectáculo comienza el teatro no está lleno pero se llenará a los pocos minutos. En el medio de mi espectáculo hago una escena de un piel roja viejo, que al sentirse amenazado por seres que están en la oscuridad (el público) amenaza diciendo que con una sola palabra puede causar mucho miedo y que si esos seres, se acercan o rien, el va a sacarlos corriendo de miedo diciendo una palabra. Finalmente la dice: Soy Norteamericano.  He hecho este espectáculo en una decena de países y en todos se ríen, sobre todo cuando comenta que es un piel roja yanqui. En el único país que jamás se rieron en casi 50 presentaciones es Brasil. Sin embargo  cuando llega ese momento el público explota de risa, tengo que continuar con el espectáculo pero entiendo que todo cambió el último mes. El hijo de Bolsonaro está en EEUU aliado a Trump quien amenazó Brasil con un tarifazo comercial.  
Al final hay 400 almas vivando, aplaudiendo y gritando, me llama la atención una mujer que no aplaude, solo mueve las manos y sonríe. La observo y finalmente unas horas después ella subirá al escenario y yo la escucharé absorto: es una teóloga trans. Quien presenta el evento y motiva a todos es Lu, a quien también conozco porque tomó talleres conmigo y viajó a Banfield. Antes de ayer estaba allí entristecido, solo, sin opciones, hoy estoy saludando mis amigos, que han venido a verme de nuevo hasta Sheily tomó un avión desde Sao Paolo, estoy hablando con gente que me aborda, y que me pregunta, cuándo, dónde y se llevan mis libros. Se acerca un hombre que me cuenta esto: He creado una espectáculo de marionetas con elementos hospitalarios que se usan en la quimioterapia para niños; lo hago para que a ellos no les resulten extraños cuando reciban el tratamiento. El muchacho se saca una foto y vuelve porque justo cerré los ojos. Entonces me dice esto: necesito que abras los ojos, de nuevo, vos fuiste una gran inspiración y no solo de mí sino de muchos otros

Es después de este momento que los abro y vuelvo a entrar en mí. Entro al evento y voy a ver algo que meva a poner la piel de Gallina es César cantando y bailando, sé lo que eso significa para él, se está desafiando en público, allí entra una mujer negra que canta con una voz alucinante, baila, es una líder comunitaria de un barrió pobre, bailan juntos. Esto es Brasil, cómo no tener envidia de ellos. Finalmente se sientan y César llama a un tal Simas. Entra un pelado con una camiseta verde ajustada, al girar se lee Pelé. César dice que este tipo es un pensador brasileño. Sus palabras no ocuparán más de 10 minutos. Antes de los 3 estoy riendo y mi cerebro se desconfigura y vuelva a regenerarse. Estoy viendo algo que es único. No sé quien introduce la palabra Resistencia en la charla, ahí Simas dice que esa palabra no le gusta. Resistir no es algo importante, Resistir no es brasileño- El esta a favor de Garrincha, el mago rengo, el moreno feliz, el que no resistió nada ni siquiera a la bebida, «o Torto» lo que hizo fue gambetear, driblar al oponente poderoso, encontrar el vacío y bailarlo. Eso es ser brasileño.Guau. ¿Qué será ser argentino? En que lugar de Argentina se podria hacer un evento que convoque arte ciencia y espiritualidad. Solo se me ocurre Santiago del

Estero. Buenos Aires no es Argentina. Buenos Aires jamás. De pronto he encontrado la salida. Se me llenan los ojos de lágrimas, me siento como quien saca del mar el rostro para llorar. Respiro, he ganado un par de vidas más. Estoy preparado de nuevo. No hay mejor cosa que irme para volver a mí mismo. Activar el viajero. Salgo  de la sala para tomar aire. Una mujer se para delante mío. Eu quero que o vc faz seja visto pelo mundo todo. Estoy buscando  a Rosi que me encuentra y me entrega un libro de Simas porque me escuchó reír fuerte mientras él hablaba. Voy a que me firme «Una historia de Brasil». Me paro delante y entonces de pronto recuerdo donde estoy y quien soy. A quién se lo dedico pregunta el pelado, respiro y entiendo que todo lo que me pasa debe transformarse para otros. Lo que me pasa no tiene que terminar en mí tengo la obligación de transformalo para que otros. Ese es mi lugar en este planeta. Asi debo portarme, llevarme Lo miro y le digo el nombre de mis hijas. Cada palabra, cada provocación, cada gesto y cada abrazo me están recomponiendo. Lo he logrado, entonces por fin me Porto Alegre y agradezco haber vuelto aqui con Rosi, a su lugar, a mis amigos primeros, hasta este público agradecido, a este evento nuevo y  porque no asumirlo: a mí mismo.

5 respuestas

  1. Sergio, querido.
    Encantaste a todos, tal como lo imaginé.
    Es un placer y un honor tenerte con nosotros en nuestra ciudad.

  2. Eu fiquei tão feliz em revê-lo! Em assistir Viejos, que espetáculo lindo! Quanta sensibilidade e talento! Vcs são incríveis!
    Foi uma grande emoção, e de fato, todos precisam te assistir!

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