Como todos saben, tengo un parecido con Borges, el primero es que no veo bien y el otro es que tengo un abuelo que formó parte de la historia grande de la construcción de este país. De eso que antes se llamaba la patria y hoy se reduce a la selección argentina de Futbol. De literatura no tengo nada. Me tienta escribir mis opiniones, cosa que forma parte mucho más de el reconocimiento que traen las redes sociales que aquello que dan los libros. Pero como mi intención boba esta sesgada siempre de ganar un prestigio uso mal las herramientas. Eso, dice mi primo filósofo, se debe a que quiero cagar más alto de mi propio culo. Sea como sea voy a contar una historia que esta en el baúl de los recuerdos de mi familia materna y se refiere a Candelario. Voy a contar esta historia que confirmará que que algún vínculo con Borges debo tener. Parecerme con Borges por su contracara no me molesta, de hecho demuestra mis obsesiones. Nunca se me ocurriría buscar puntos de contacto con Jorge Bucay. Candelario fue en el siglo XIX la mano oculta del general Urquiza, que como todos saben fue, en un momento, el presidente de la confederación argentina, enfrentado a la oposición unitaria encabezado por el porteño Mitre. Para quienes lean esto desde el presente pueden imaginar que esto es un enfrentamiento de trenes. Urquiza, antes de ser un ferrocarril, era amigo de infancia de mi tatarabuelo quien sin hacer nada, había nacido rico y había hecho su fortuna apostando lo que nadie apostaba. Según se cuenta mi bisabuelo tenía un hermano que detestaba o amaba demasiado, cosa que a veces es lo mismo, esto lo contaba mi abuela Elvira, Candelario a los 7 años de edad estaba en un potrero perdiendo el tiempo con su hermano y por esos caminos a los que conduce el aburrimiento comenzaron a jugar un simple desafío con una pelota.
Después de un tiempo, no se sabe quien dijo: El que gana es el mejor, a lo que el otro respondió el que gana le pega un cachetazo al otro, pero este juego fue creciendo día tras día. Fue así que un día mi tatarabuelo dijo el que gana se hace dueño del otro. Sí, contesto su hermano llevado por ese entusiasmo idiota de lo que yo mismo estoy hecho. El que pierde se transforma en esclavo. Primero a escondidas de su madre, pero después a la luz del día y dejando de lado lo dictado por la asamblea del año XIII en Entre Rios, en mi familia se había reactivado la esclavitud, en un pueblo ganadero del interior de la provincia de Entre Rios, llamado, hasta hoy en día, Gualeguay. Los hermanos continuaron siendo lo que la sangre mandaba pero íntimamente sabían y ante ciertas circunstancias lo demostraban: uno dueño del otro. Durante años mi tatarabuelo tuvo de esclavo a su hermano, y nadie se molestó ni le importó mucho ya que todos eran más o menos esclavos de alguien, igual que hoy, sino les recomiendo conocer un supermercado chino. Eso sucedió hasta que un tren dejó Candelario sin su propiedad. Durante un tiempo mi bisabuelo anduvo muy triste. Ciertos relatos y experiencias actuales confirman que la sensación de pérdida de lo poseído genera tristeza. Hay seres que entran en depresión por haber perdido un hijo o un celular. En el caso de mi bisabuelo él había perdido su hermano, que era también su esclavo. Durante un tiempo hasta donde relataba mi abuela, Candelario pareció no hacer mucho y permaneció usufructuando los bienes que había heredado hasta que en una noche de copas le apostó a un terrateniente todas sus tierras y ganó. El perdedor tomado por el alcohol, pero lúcido intentó recuperar lo perdido, con una nueva apuesta. Candelario ya sabía lo que podía suceder y se imaginó siendo esclavo y luego tirándose a la vía del tren, entonces evito apostarse a él mismo.
Te apuesto lo único que me queda, dijo el borracho. Fue así que se constituyó mi familia. La madre de mi abuela, fue una de las hijas ganadas por Candelario, quien tuvo dos mujeres como esposas y 8 niñas y algunos niños. Candelario supo llevar la vida de terrateniente y como todo rico le pareció lógico influir en el destino de la patria. Ya en ese momento la ostentación era generaba respeto. Fue en ese tiempo que conoció al General Urquiza y fue junto a él que Entre Rios fue unos días un país mucho que tal vez hubiera sido más justo pero que a la larga es practicamente imposible que pasara de la fase de grupos de la copa América. Durante la guerra de la triple Alianza que enfrentó a Paraguay, la Argentina Mitrista tuvo que convencer a Urquiza para formar parte, lo que no se cuenta es que una figura confusa permanecía en las sombras de general libertario, ese era mi tatarabuelo que convenció a Urquiza a apostar a Mitre toda la provincia. Nadie sabe porque Urquiza hizo lo que hizo y como el sueño de un país gigante se desmorono, en mi casa todos sabemos que fue por una apuesta. Para evitar una guerra le apostó al general Mitre toda la provincia y fue el porteño que tuvo suerte, así nació este país. El país de la AFA y su sitio de apuestas. Cómo aquí relato creo que mi historia no es tan guerrera como los ancestros de Borges pero me parece mucho más importante por más que sea una verdadera porquería. En el relato de mi abuela se demuestra que la historia de los países esta llena de acontecimientos fortuitos. Esta historia me viene a la cabeza porque me acaba de llegar un correo electrónico desde el colegio de mi hija donde advierten a los padres que sus hijos están entrando indiscriminadamente a los sitios de apuestas online que todo teléfono celular ofrece indiscriminadamente.Me acerco a mi hija para ver si yo le he pasado mis genes de apostador, y aprovecho para contarle la historia que aquí relato y darme la lata acerca de como mi familia es responsable de la construcción de la patria.
Ella me mira sorprendida y me pregunta si yo cree la selección argentina de Futbol. Paso media hora tratando de explicar que la patria no es el futbol pero me cuesta bastante trabajo encontrar datos. Me dirijo a la escuela a la reunión de padres. El patio de la escuela esta tomado por padres de pequeños apostadores, algunos se encuentran llorando no tanto porque su hijo esta enfermo sino porque han perdido sus ahorros, se me acerca un padre que me explica que su hijo acaba de liquidar la herencia apostando a que Messi metía un gol. A mi lado un tipo que tiene en el cuello el tatuaje de la AFA explica que al menos el hijo sabe algo de futbol porque en el caso del propio, usó el equivalente a un alquiler, apostando a quien iba a recibir la primer amarilla en el partido Brasil Colombia. Interrumpe nuestra charla una mujer que forma parte de la asociación de ludópatas adolescentes anónimos, entonces pienso que tal vez, si esta asociación hubiera existido en tiempos de Candelario sin duda la Argentina sería un país realmente Federal y él no hubiera perdido una provincia contra el maldito porteño. La reunión termina y todos los que no tenemos hijas apostadoras nos vamos muy contentos de la importancia de la prevención, mientras los que han perdido sus ahorros se quejan y en la esquina son tomados por el fervor que produce la copa América de futbol que se juega en EEUU. Por la noche me siento con mi hija a ver el partido. Durante el encuentro, salta una y otra vez la publicidad de los sitios de apuestas, dando énfasis en que dejar todo el dinero con la Asociación de futbol Argentino es el mejor. Es verdad, la AFA al igual que los narcotraficantes suelen darle alegrías a sus pueblos. Empieza el partido y se escucha en la tribuna el canto de “nos volvimos a ilusionar” entonces miro a mi hija y le digo “Te apuesto lo que quieras que vamos a penales”. No me gusta apostar, dice ella y allí me entristezco y confirmo que los genes de Candelario terminaron en mí.
6 respuestas
»De eso que antes se llamaba la patria y hoy se reduce a la selección argentina de Futbol.»
Gracias Sergio por esa GENIAL oracion que resume muy bien la transformacion del honorable amor de la cultura en la que uno nacio (el patriotismo) en un mero fanclubismo.
Javi, gracias por devolverme ese comentario que al escribirlo me causo esa gracia que solo puede generar la ironía
Me dejé llevar por una correntada de humor con ironías dominantes, cada ve z me cuesta mas seguir las líneas de los textos por eso demoro mucho en las lecturas pero sigo apostando contra mi insolvencia en evitar que las palabras sobre una línea suban o bajen o tiendan a desaparecer momentáneamente. No me quedan en claro algunas cosas, por ejemplo; quién arruinó a Candelario ? Un tren o un General ? El general era un apostador compulsivo? Es cierto que apostó y ganó parte d su fortuna a que Mitre no ganaba ninguna batalla en la guerra de la triple alianza. Me queda otra duda. Mitre se hizo ferroviario porque perdió su apuesta con Urquiza y no quería mas lola con el caballo y el sable, o por una inversión rentable y progresista tomando como referencia al futuro una gran ruleta nacional. Abrazo amigo. Vendrán tiempos mejores.
impresionante comentario voy a las respuestas. A Candelario lo arruinó haber ganado otra familia. Los trenes con todos generales. Con respecto a las apuestas, acordate de esta: El que apuesta al dolar, pierde. Con respecto a Mitre… lo dejo aca
Siempre es un placer leerte. Abrazos
siempre me alegra saber que lo haces