En la sociedad de fomento Villa Correa pusieron una mesa de ping pong, mi papá me llevó y me pasaron una paleta. Le gané. A mi papá. Unos tipos se acercaron a verme. Cuántos años tiene. Nueve. A ver nené. Les gané… Andá a saber por qué era diferente. De un minuto para otro fuimos al club Temperley. Un torneo. Al terminar se acercó un petiso que se llamaba Pepe, quiero que lleve a este nene al club donde yo preparo niños. La historia después es conocida. Me torné en una leyenda, y me hice rico y famoso. Ah, no. Perdón eso solo pasa con el fútbol. Mi papá me llevó a un club con el nombre más común del mundo: Perez. Pero no era común el club y no era Perez el nombre: Era Peretz. En el año 77 yo tenía nueve años y Argentina tenía dictadura y en el Peretz te podías esconder. De la dictadura. Era un edificio frio. Entrabas subiendo una escalera y había un hall donde un mural largo acompañaba al que entraba con una frase que había dicho o escrito alguien. El mundo no sé que… Anda a saber que quería decir. Terminé pasando la mayor parte de mi infancia ahí, jugando un juego que no me interesaba en lo más mínimo. Ser bueno en algo no quería decir nada para mí. Para mi papá sí. Tuve que soportarlo. No fue fácil, pero ahí hice mis viejos amigos. En el Peretz de Lanús. Hace unos años insiste en tratar de explicar la frase que estaba pintada en el mural: “ La vida no es taberna ni es caos, medida lo es todo, pesada lo es todo” y la escribió justamente Isaac Leib Peretz. Cada día que vuelve al tema cree poder explicarla mejor. Ayer estábamos tomando un café en Banfield y me pidió que le cuente desde el comienzo la historia con Christof, cuando terminé me dijo la frase del Peretz. Lo miré y me di cuenta que tal vez acababa de entenderla. Voy a compartir aquí lo que pasó con Christof y por qué cree mi padre que mi vínculo con él explica la frase. Christof es alemán, y lo conocí en la capital de Bolivia: Sucre. Hace 30 años. Lo he visto técnicamente cada diez años y en cada oportunidad que nos hemos cruzado fue muy importante para mi vida, la última fue hace una semana. Yo acababa de terminar de hacer mi espectáculo en el Chacarerean y salí a saludar. Un amigo me enseñó algo hace mucho tiempo, me enseñó a mirar al público. Cuando termino de hacer un espectáculo lo hago. Mi mirada se posó en un hombre rubio, de lentes que aplaudía desde la platea. Sos Christof, dije. El inclinó la cabeza. Al terminar el espectáculo se acercó. Te hacia en Alemania. En realidad estoy en Chile, pero mi tío Abuelo no está bien, he venido a verlo por dos días, para acompañar una situación. Al bajar del avión, hoy de mañana, me pregunté si podría encontrarte e ir a conocer Banfield pero me encontré con que actuabas en la Capital. Vine. Mañana regreso, me despido de Chile y vuelvo a Alemania. Conocí a tu padre. En el café mi viejo me cuenta que se acercó a saludarlo pero no pudo decirle ni una palabra, solo lloraron. Los dos. Ahora sé que mi papá entendió ahí la frase, porque él me explica que pensó que lo que yo conté no podía ser verdad.
Es que Christof es el padre de Federico, un niño del que hablo en mi libro “De Banfield a México”, quien en el 95 debía tener unos 9 años, que me abrazó llorando el día que dejé Bolivia para continuar mi viaje por todo el continente y que me regaló una remera con un dibujo de Bobi, el muñeco que me acompañó y me guió por América Latina por 12 años. La remera que Federico me dio la llevé una vez a mi casa de Banfield porque no pensaba gastarla nunca. Nueve años después, en el año 2004, llegué finalmente a México, pero el año anterior viví una crisis en relación con mi actividad como viajero y artista y volví a Argentina a leer mi diario de viaje. Al hacerlo entendí que debía llegar a México de la misma manera que había salido de Banfield. Por eso tomé amuletos que el viaje me había dado, uno de ellos era la remera de Federico. Al llegar a México, conseguí un teatro en el DF para realizar la presentación que cerrase el ciclo de 12 años. En el teatro, en el camarín, hice un pequeño altar con los objetos más valiosos que el viaje me había dado, por supuesto uno era la remera de Federico. Estuve a punto de suspender la función por falta de público, no me importó pagar para trabajar, solo quería cerrar el ciclo. Había no más de 8 personas. Todos en una sola fila. Al comenzar el espectáculo Bobi, fue al encuentro del público y reconoció, antes que yo, a alguien que sonrió inmenso. Era Federico con su familia. Con Christof, su padre, de vacaciones en México justo en el momento que yo acababa de llegar. Cuando terminó la función llevé a Federico al camarín para que vea la remera que él mismo había dibujado e igual que 9 años antes lloró emocionado. Siempre he pensado que el final de mi viaje fue perfecto, gracias a este hecho. Quince años después de ese suceso, decidí que íba a separarme de Bobi para siempre y recorrí el continente haciendo mis últimas presentaciones marqué el 28 de diciembre de 2019 en mi patio como la última y lo trasmití por internet. El hecho se puede ver aun hoy. Unos días antes de esa última presentación Federico me escribió una carta que decidí leer en público. Es importante comentar que diez años antes Christof supo que yo iba a ir de gira a Francia y Bélgica y me convenció para que haga una presentación en Alemania ya que conocía alemanes amantes de América Latina que sabían hablar castellano, el se jacta hasta hoy en día de haber conseguido que la embajada argentina pague unas bebidas y unos sanguches que yo tuve en el camarín. Esa fue la única vez en toda mi trayectoria que una embajada me apoyó de alguna manera. Para hacer esa presentación Christof fue a buscarme a Bélgica, atravesamos el país y llegamos a Bonn donde había conseguido llenar un teatro. Siempre recuerdo esa presentación porque fue un descargo de energía muy potente, venía de hacer 15 presentaciones en francés y ese día volví al castellano. Es entonces cuando llegamos a la semana pasada, y mi tercera presentación en Buenos Aires, el único país donde nunca había hecho temporada. Demoré 32 años para hacerlo. Y aquí es donde quiere mi viejo que explique la frase de Isaac: La vida no es taberna ni es caos, no es ni fiesta ni tragedia, no apenas eso, medida lo es todo, pesada lo es todo. Todo.

ISAAC LEIB PERETZ
Lo que quiere decir el escritor es que la vida es infinita, inconmensurable, solo el ejercicio de la sabiduría, podrá realmente sentirla, asumirla, comprenderla, vivirla. Este escrito roza la definición de Dios de Spinoza. Dios sive Nature. Quiero agregar que esta frase no puede ser explicada porque en realidad provoca acercarse a lo que Spinoza denomina el tercer genero de conocimiento que no es ni la conciencia, ni la razón sino la intuición más profunda. Y ahora voy a rematar este escrito. Christof, aparece en mi vida para que yo entienda lo que es vivir, pero sobre todo aparece para que yo me recupere, para que yo me centré. La reflexión es esta: Si Christof aparece yo estoy en el centro de mi camino. Cuando Christof aparece yo voy bien. Hay gente que ve una estrella fugaz y pide un deseo. Hay seres, objetos, sonidos, luces, aromas que le provocan a uno expresar la palabra coincidencia, azar, magia, alegría o paz. ¿Vos te das cuenta, dice mi padre, la cantidad de coincidencias que te unen a esa persona? El tipo viene dos días a Argentina, llega al aeropuerto, piensa en vos te busca y se da cuenta que ese día estas en Capital.
Pero para vos no es cualquier momento es el momento más importante de tu trabajo, tu desafío más profundo. Ese tipo se fue de vacaciones a México una semana y justo en esa semana llegas a México. Ese momento es el momento más importante en doce años.Christof te aparece en momentos que son únicos. Eso es demasiado. Es demasiado, vos tenés que escribir sobre esto. Por eso mi padre lloró a frente a Christof al conocerlo. Algo en él no tuvo palabras porque sentía que no podía haber tamaña coincidencia en mi vida y que él estaba presenciando un hecho mágico. Yo pensé, dice mi padre, que estabas inventando, que no podía ser que vos digas desde el escenario: Sos Christof, que lo hayas descubierto en ese momento. No puede ser, no puede ser, salvo que la vida sea otra cosa mucho más compleja, maravillosa e inasible. Salvo, que, y esto lo pienso ahora, que la vida sea todo, que la vida, vivir, sea el verdadero encuentro con Dios. Que Dios, esa expresión, sea vivir. Vivir es enfrentarse a la posibilidad de encontrarse con todo, con todos, y todo es algo más que alegría y tristeza, es algo más que taberna o caos. Es todo. La vida es todo.
24 respuestas
Abrazo
abrazo
HERMOSO!!!!!!
amigoooo
Siempre te leemos. Siempre te sentimos. Nunca dejás de atravesarnos.
ehhh, silvita, que bueno!
No dejes de escribir, me haces falta y como decimos en esta tierra…., nos títeres este ano boteite en falta .Graciñas por hacernos sentir
Bambi, que grato leer tu comentario
Sergio! hermoso relato, me lleva también a esa escalera del Peretz, a la pizza finita del «bar» cuando con vos y Cora terminábamos de trabajar; tiempos muy duros, pero en algún sentido tiempos mejores (me refiero a la desazón, indiferencias, desconciertos, pasividad que abunda hoy día y contrasta con apenas algunas expresiones de rebeldía y lucha ante una crueldad «democrática» que yo creía imposible) Según mi hija que te fue a ver, la obra es muy hermosa, tendrás que salir de gira por el interior del país así la disfrutamos. No estaría dando la cuenta para que te aparezca Cristoph en la platea, pero todos quienes conocemos esta historia podríamos evocar su presencia y pensar juntos, como Isaac, que la vida es todo.
Te mando un abrazo enorme, es un gusto leerte. María
Siempre te leo
gracias, amigo
hermoso relato de viernes…gracias!!
Gracias por tu hermoso relato.Me gustó mucho
Parece que la vida me respondió el porqué de la frase «medido lo es todo pesado lo es todo» me interesaba y no comprendía?. La vi en el Peretz de Lanus
Se quedo conmigo para siempre. 45 años después ni sé porqué, repetí ir a ver el espectaculo de Sergio, a nadie invite esa noche. Ahora lo entendí, vi a Cristof (portador de Cristo) lo salude, le dije que soy el padre de Sergio, balbucee algunas palabras nada dije. Me entendio y me alejé lagrimeando. Ahora se porque que vino él, fue qpara que yo comprenda muy bien la frase que no entendia
Hermoso. Conmovedor.. Luego del silencio nos das este regalo. Gracias .
Paty querida, no te puedo dejar de leerte y verte, tu voz, tus ojos, tu amistad
Todas as manhãs do mundo são sem volta. A medida das tuas palavras nesse artigo me fez lembrar este filme francês: Todas as Manhãs do Mundo. Assim que uma palavra, olhar ou lembrança podem ser medidas. e muitas vezes podem também serem plenas. de vida. apesar do silêncio, estou aqui. e estás aí. abraço.
meu amigo, vou ter que voltar a ver esse filme, vamos ter que voltar a nos sentar e conversar
.. qué bueno tener un Christof en la vida! y qué bueno recibir tus mails querido! Abrazo
PD: Los martes me es imposible ir a verte..!
Hola Hernan, que alegría saber que me lees, que curioso que me escribas en este momento hace exactamente 10 minutos fui a ver un amigo y hablamos de Leticia con quien no hablo hace añares. No te parece de locos!!!!!!
Gracias! hacia rato que no te leía… como vos decís… este mundo «moderno» no nos deja tiempo para esas cosas y al igual que vos, al mismo tiempo me resisto a que ése otro mundo se termine…
Mi nombre es Laura, soy titiritera, traductora trabajando de docente en la secundaria… vivo en Villa Pehuenia y recibo tus escritos por mail gracias a Manu Mansilla.
Gracias por encenderle una luz a esta fría y gris mañana de Lunes
Hola Laura, gracias por presentarte. A mi me gusta mucho hablar con Juan Saavedra, una vez por año me mando un audio. Empieza contando como esta el clima, donde esta sentado, revisa sus sentimientos, me transmite como está. Es algo muy lindo que alguien se observe a la hora de entrar en contacto con otro
Llenas la vida, Sergio Maestro! Me salvas la vida con tu descubrimiento y final del escrito. Es lo máximo cómo llegas a transmitirnos lo. Abrazooooos
Hola Inge, gracias por contarme que te tocó mi escrito. Para mí fue un desafío escribirlo tratar de ponerle palabras