Escritor, cineasta, actor, director, formador

Cábala

por Sergio Mercurio

por Sergio Mercurio

La cábala consiste en algún acto, casi siempre impensado, que termina generando un resultado deseado. Para mi hermano, Messi logró darle un baile al defensor croata no solo porque desde que nació juega con una pelota, y porque es desde hace 15 años el mejor jugador del mundo, si no porque él se puso dos salamines en la boca. Para mi papá, el Dibu Martinez atajó el segundo penal en la final contra Francia porque él se quedó conteniendo la respiración. Mi mamá está segura que si ella ve el partido en la cocina y mi tía en la pieza, la selección por lo menos empata.

La cábala puede generarla también ciertos objetos. Los que se aferran a cruces no son mayores a los que se aferran a figuras de Kung Fu Panda. Pasando en limpio, una cábala es una  



pelotudez que alguien hace y que, interpreta, cambia el destino del mundo. Es la insensatez más grande que practica todo mi país. Como cualquiera sabe la cábala o Kaabala es la interpretación bíblica de la torá, por los judíos. Ese libro que los católicos nombran pentateuco o  viejo testamento es la precuela de lo que los cristianos llaman la Biblia. Según lo judíos que la estudian, imaginan mensajes cifrados en sus escritos, confirman que lo que comunica es más posible que las profecías de Nostradamus. El libro les da más noticias sobre el presente que el servicio meteorológico. Lo que hacen estos tipos no me parece menos delirante que aquellos que se ponen los calzoncillos al revés para que el Dibu Martinez ataje penales.


En el 1500, en Holanda, Spinoza se permitió comentar algo parecido a esto que yo comento. Explicó que la Biblia es un buen libro, pero de cuentos. Nada más que eso. Que la Kaabalah o cábala es una pérdida de tiempo. Por su comentario, un cuchillazo lo esperó en un callejón. Su abrigo hizo dificil que la faca que tenía el destino de su corazón no llegara a matarlo. El judaísmo le había deseado que desaparezca de la faz de la tierra. Serenamente el lustrador de lentes se aisló en un pueblo y continuó escribiendo su filosofía. Serenamente, mientras pintaba cuadros, comunicó a sus amigos que se había cambiado el nombre. Todos los que lo respetaron en ese momento y lo respetan, aun hoy,  lo llaman como él quiso llamarse: Benedictus.  El deseo de ser participe del destino del mundo es algo que  obsesiona. Pero es claro que les obsesiona mucho más a los remarcadores de precio de un supermercado que los que pilotan una nave espacial. 

A los vulgares nos gustaría que sea verdad que la selección argentina juega mejor al fútbol porque hay muchos seres atentos a que les vaya bien. Es posible que lo sea. Pero no es necesario, además, tocarse un testículo en los penales, hacer gárgaras de fernet si los contrarios atacan

y mucho menos besar en la boca a tu cuñada si mete un gol Julian Alvarez. Las cábalas son una pavada para creernos participes de un evento del que no formamos parte y que nos apasiona: el fútbol.  Pero este juego es algo sin sentido. Ya está, ya lo escribí. Pueden venir a acuchillarme. 

PD: Según se documenta, el filósofo Holandés continuó usando el grueso sobretodo que detuvo en su espesura el cuchillo que iba a matarlo. Un mal pensado, como yo, puede afirmar que fue por cábala. 

23 comentarios

  1. Ya la segunda mitad del texto me costó leerla pensando si Benedictus había seguido usando su abrigo como cábala!
    Jajajaja genial como todos Sergio!
    Un abrazo

  2. Por siempre Spinoza, y qué bueno recordarlo con un lindo cuento!

    1. Caroline. Voce nao imagina a alegría que me da quando alguem do Brasil, se esforza até minha lingua para acompanhar o que eu escrevo. Va minha gratidao para vc e para todas as pessoas de teus país que sempre me recebem e me esperan.

  3. Pah, me encantó. Me hiciste acordar a mi abuelo Lalo, que se duchaba para que Peñarol diera vuelta un resultado adverso. Pero lo peor que vi fue Rodolfo, un vecino que se perdió de ver por tele el partido en que Uruguay le ganó 3 a 0 a Sudáfrica en fase de grupos de la copa 2010. Interpretó que su no visionado había hecho que la celeste rompiera una sequía de décadas en mundiales, así que no vio un solo partido de los restantes (ni siquiera el apoteósico Uruguay Ghana, con la mano de Suárez, la expulsión y la locura de Abreu que la picó en el penal nos puso en semis). Creo que es mucho, no sé… Se perdió un cacho de historia (o gracias a él pasó lo que pasó?).

  4. Cábalas o no el pueblo Argentino es chingón en muchas cosas. El futbol es una de ellas. En México queremos y admiramos más a Messi que al engreído del Canelo.
    Felicidades campeones!, felicidades Argentina! felicidades, Sergio, por este y todos tus escritos que disfruto leyendo en el rincón de la sala, donde alguna vez tomamos un buen café o tequila. 🙏
    Saludos hermano.

    1. Hermano querido, que lindo mensaje, en el momento que hablaste de tu sala, volvi a ese almuerzo con tu familia y tus amigos a los pimentones gigantes, al encuentro en Chihuahua. Salud y alegría

      1. Todos te recuerdan con cariño, admiración y respeto. Pronto nos veremos. Salud y saludos.

  5. Genial, maestro, va y viene, se pasea por todo el campo, la empujan, patean, lanzan y paran, la manejan a su antojo y gusto todo para que al fin sea goool – o no, así se siente tu texto hoy, qué delicia leerte por penúltima vez este año, querido Sergio!

  6. Me encanto….pero creo que es inevitable no regirse a ellas (las cabalas) cuando pasa algo trascendental como que a tu equipo le estén por patear un penal, o regirse a esa otra cábala (la familia) cuando está enfermo alguien de la familia.

    Todos somos muy racionales hasta que las papas queman

  7. Me sacaste la.primer carcajada de.la.mañana..se podria decir que en este mundial mi cabala fue no mirar los partidos.. los escuche desde afuera por los vecino..y gano Argentina..sera la nueva?

  8. Mueve a interesarnos este relato, cuando comencé a leer me ocurrió algo curioso, aunque nada tiene que ver asocié el desarrollo a la descripción de una partida de ajedrez. Que no te preocupe este derrape que parece sacarme de la pista, sigo en carrera. Por el modo de mover algunos personajes veo el ajedrez. Un armado de la defensa, colocación estratégica de algunas piezas, medio juego bien armado pronto al ataque. Antes alguna jugada aparentemente intrascendente para despistar, Spinoza por aquí, Spinoza por allá. Ofrecimiento de alguna pieza menor para despejar el camino y, cuando menos lo pensás, jaque mate, final del juego, lo cabalístico y el sin sentido del juego que apasiona…como el sin sentido de este comentario. Abrazo.

    1. El otro dia, le decia a la almohada: el que sabe como escribo, el que se da cuenta de mis mecanismos es Cacho. Parece que esta antes de que lo publique.Esta adentro del movimiento de mis dedos buscando las teclas. Se da cuenta. A mi me alegra conocerte mas alla de estos comentarios. Imaginate que ya estoy extrañando lo que comentaras el viernes proximo

  9. Muy entretenido este penúltimo relato del año. Un abrazo a la distancia Sergio.

Se agradece compartir

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