Por Sergio Mercurio
“…esta ciudad fue construida sobre ciudades enterradas en el centro de América. Para unir las piedras de sus muros la mezcla se amaso con leche”
Miguel Ángel Asturias
Guatemala AYER
La primera vez que llegué a “Guate”, allá por el 2004, di con un libro de tapa colorida donde se observaban personas de vivos trajes y un hombre tocando la marimba; el libro; muy parecido a una historieta; de unas 300 páginas, editado por la oficina de derechos humanos del arzobispado de Guatemala era la versión popularizada del informe REMHI: “Guatemala: Nunca Más” Publicado por el obispo Gerardi quien tuvo 48 horas más de vida para ojearlo, hasta el momento de ser asesinado.
El libro del que hablo está presentado por el arzobispo Mario Enrique Ríos Mont, hermano de Efraín uno de los emblemáticos genocidas, presidente de facto de Guatemala en el año 82/83, sentenciado el 10 de mayo de 2013 a 80 años de prisión por genocidio y crimines de guerra. Su sentencia duro 10 días. El 20 de mayo de 2013 se anuló y Ríos Mont camina en paz por Guatemala. El prólogo del libro dedica dos páginas más a advertir que no se recomienda la lectura a niños y que por el tenor de las historias es mejor leerlo en grupo.
La tarde en la que pasé leyéndolo no la olvidaré fácilmente, porque fui preso del terror, las ilustraciones y los relatos de los protagonistas son espeluznantes, en sus páginas uno viaja en una historia que no nos es ajena: desaparición forzada, secuestros, violaciones, asesinatos, apenas con la diferencia de que las víctimas son esencialmente campesinos e indígenas. La diferencia notable es que este conflicto tuvo una duración de casi 20 años. Desde el año 1965 hasta el año 1983. Dieciocho años de terror.
Para ayudar la comprensión, vale comentar que Guatemala es el país más grande de Centroamérica ( se suele confundir a México como país centroamericano y no lo es, así también Panamá), ronda los 15 millones de personas. Guatemala es el mundo Maya por excelencia. Fue la sede principal de un Imperio que no llegaron a conocer los españoles ya que cuando llegaron a estas tierras los mayas habían casi desaparecido y se erguía el imperio Azteca con sede en México. Guatemala es un país donde conviven naciones antiquísimas, los Mayas fueron una nación que tenía una escritura que poco a poco se va conociendo, pero aun quedan lagunas grandísimas, los mayas conocían el cero, contaban de una manera parecida a la que actualmente cuentan los franceses. De a 20, los franceses nombran al 80 como 4 veces 20. El juego de la pelota, está hoy empezando a repopularizarse, inventaron el maíz hace 7000 años, y el xocolatl ( chocolate). La desaparición del imperio maya está en debate. En Santa Lucia de Cotzumalguapa se encuentra el único grabado precolombino que sugiere la posibilidad de la existencia de una presentación de un titiritero. El grabado es una piedra de muchas toneladas de 5 metros de largo por 3 de alto perdida en una plantación de caña. El monumento 21 de la cultura Bilbao es de aproximadamente el año 400 después de Cristo, y descansa aun como mucha parte de la historia maya o pre maya, a la intemperie, sin cuidado ninguno. Casi todos los años he ido a pararme delante del monumento y fue muchos años más tarde que advertí que el personaje de la piedra era muy parecido a un personaje mío.
Durante esos años he hecho muchos intentos que apuntaban a la conservación y valorización de la piedra. Lo único que he logrado fue convencer al arqueólogo de que el muñeco es femenino, es decir, es una muñeca. Una tarde me recibió en su estudio y después de discutir un rato sobre algo que a él no le parecía relevante admitió viendo mis fotos que el muñeco era en realidad una muñeca. En Guatemala uno puede ir a Tikal y maravillarse pero también puede descubrir innumerables yacimientos arqueológicos entre las comunidades indígenas.
Efraín Ríos Mont, en el año 82, creo la política de “tierra arrasada” que partió del precepto de “quitarle agua al pez”. Si los indígenas eran plausibles de crear un movimiento contra al gobierno, o de optar entrar a la guerrilla entonces la solución era simple. Matarlos a todos. El gobierno optó entonces por entrar a las comunidades quemar las casas, destruir las plantaciones, violar a las mujeres, robar todo lo posible, finalmente asesinar a todos los habitantes, y buscar otra comunidad.
Tuve la oportunidad de participar en el año 2004 de una actividad coordinada por un organismo de derechos humanos que reunía a una veintena de artistas con decenas de individuos que sufrieron la violencia armada. El arzobispado trajo en “camiones” (colectivos) esencialmente mujeres de entre 25 y 50 años. La actividad llena de buenas intenciones y azaroso destino, me permitió escuchar a una mujer que siendo niña escapó al monte con su hermano, mientras el ejercito asesinaba a su familia y quemaba su comunidad. En la ronda que formábamos en el pasto se colocó en la posición que se había escondido 30 años antes y apenas si balbuceó algunas palabras. Fueron en sus ojos que vi el terror que veía. Tuve también la oportunidad de escuchar un hombre que en sollozos reconoció la culpa del asesinato de sus padres . Su hermano le golpeaba el pecho exigiendo que no piense más en eso. Pero el hombre no dijo una palabra más en el día y al siguiente no regresó. La actividad no evolucionó, estaba coordinada por sicólogos jóvenes sin la menor idea de lo que estaban haciendo. Me enfrenté a uno cuando le pidió a una mujer.
—¡Historias, vamos, historias! Vos contale a él todo lo que te pasó. Da detalles.
Me paré enervado y lo llamé a un lado. Le traté de explicar que no quería que continúe exigiendo eso. Fui a hablar con la responsable de todo el evento, pero fue algo parecido. Una serie de malentendidos. Y si bien a la semana algunos pudimos mostrar algo de nuestro trabajo la gira por la memoria que se iba a realizar por todo el país quedó en nada.
En el 2004 yo estaba de viaje, un viaje de 12 años que unió Banfield con México, buscaba experiencias y ellas me buscaban allí, encontré entonces una mujer canadiense que me hospedó en el pueblo de PANAJACHEL, poblado turístico en uno de los márgenes del maravilloso lago Atitlán. En un almuerzo en su casa, ella me confirmó que la mesa en la que comíamos era la misma en la cual en el año 1995 se comenzaron a escribir los bosquejos de los acuerdos de paz definitivos. firmados finalmente en Europa en el año 1996. Me dio detalles que están borrosos en mi mente. Ella había sido la mujer de un embajador guatemalteco en Europa y esa mesa era la misma de la embajada. Las partes del conflicto armado demoraron para sentarse allí más de treinta años. Comenzaba con ese acuerdo un proceso de paz, que aun no se transforma en justicia. Según el informe REMHI los afectados por la violencia fueron 52427 personas.
El juicio a uno de los más emblemáticos genocidas fue la esperanza de un proceso que parece tan intacto como las pirámides mayas, la marcha atrás de la justicia aun sacude sus muertos.
Guatemala HOY
“Existe la creencia de que los árboles respiran el aliento de las personas que habitan las ciudades enterradas y por eso, costumbre legendaria y familiar a su sombra se aconsejan los que tienen que resolver casos de conciencia, los enamorados alivian su pena, se orientan los romeros perdidos del camino y reciben inspiración los poetas” M. A. Asturias.
—Hoy se cumplen 27 años del mejor gol de la historia de los mundiales.
Quien levanta la cerveza “Gallo” ( la principal cerveza guatemalteca); es conocido como “Tass”, es un hombre de una sonrisa constante, ojos vivaces, y una capacidad de disociación envidiable para los músicos Guatemaltecos, es el mejor baterista del país desde hace años.
Tass no se queda en eso y sacude de nuevo.
—Lo recuerdo y se me pone la piel de Gallina.
En eso entonces intercede Armando Pineda, otro reconocido músico.
—Este “serote”* sabe más de la selección argentina que la gran mayoría de los argentinos.
Y eso es serio. Lo pude comprobar, ante Tass salen perdiendo muchos de mis amigos futboleros, Tass sabe las fechas de cada unos de los partidos que la selección argentina jugó desde hace más de 30 años, conoce todos los técnicos, los resultados de cada encuentro de eliminatorias. Para él solo existe un jugador incomparable y no tiene apellido, se llama Diego. Me relata el gol a Bélgica, conoce los jugadores que tocaron la pelota en el gol a Nigeria que terminó definiendo Diego en el mundial de los “gringos pisados”.
Esto sucede en el “Trova Jazz” un bar ubicado en la zona viva de Guatemala Un lugar para que los chapines caminen tranquilos. De esa zona viva en bares y cultura, diez años después solo sobrevivió Trova Jazz, y mucho se debe a su dueño, el también músico Rony Hernández, más conocido como “el mono”. Con “el mono” tenemos una relación que excede lo laboral, nos conocimos en mi viaje, y desde ese año, me presento en el Trova ininterrumpidamente, y todos los años, la casa está llena.
Mi gira en Guatemala empezó en Trova Jazz . Esta vez, me lleva por el poblado fronterizo de Huehuetenango, donde a una cuadra de la plaza está uno de los teatros municipales más bellos del continente, totalmente de madera. Ésta región de Guatemala casi no la conozco, es la segunda vez que vengo y todo es un lugar extraño para mi, me llaman la atención los coches importados. “Son narcos”, me dice Jorge. Después me cuenta que Percy Llanos me ha dejado saludos, a Percy lo conocí hace 12 años en Venezuela, cuando mi viaje me llevó a esas tierras Bolivarianas. En ese entonces sabía la relación estrecha que tenía con Facundo Cabral. Quetzaltenango es la segunda ciudad de Guatemala, y allí está el teatro Roma, el mismo teatro donde se presentó por última vez Facundo, después estaría toda esa serie de acontecimientos desafortunados que hicieron que perdiera la vida. Percy ya me había contado los detalles del atentado, pero ahora está ya impreso el libro con la última gira del hombre que pregonó el vuelo bajo, y se murió en vuelo rasante en un pulmón de américa. Finalmente presento “Viejos” en el mismo teatro donde el ángel de Facundo todavía vuela.
Desde Quetzaltenango un muchacho me trae en camioneta, y para llegar al montaje en Guate salimos a las 3 de la mañana. El muchacho me cuenta que debe regresar a Xela en el mismo día, porque tiene que dar un examen en la facultad de derecho. Para agasajarme pone música de alguien que sabe que es adorado en Argentina. Lamento confirmarle que es cierto, que en este país el músico chapin, del que habla, ha llenado infinitos Luna Park y es generador de adoración, el muchacho es encantador, me ha ayudado la noche anterior en el teatro cuando presenté mi obra “Viejos”, ya hemos hablado de cómo su padre emigro a EEUU y pasó mas de 12 años enviando dinero hasta volver a afincarse en su pueblo y vivir como prestamista, ya entramos en confianza y después de una hora y media me animo y le digo que en realidad a mi no me gusta ese tipo que está en los carteles de la Pepsi, pidiendo una transformación positiva y que se llama Ricardo Arjona.
El muchacho me pregunta que música me gusta y después quiere saber como es viajar para mi. Le explico entonces que viajar no es esto que estamos haciendo, que yo no viajo hace más de 10 años, que mi viaje terminó el 2004 en México y que después de allí me he limitado a salir de gira. Que cumplo responsabilidades laborales, veo amigos, pienso cosas nuevamente y trato de sostener la rutina que creé en el lugar de donde vengo. Que viajar es otra cosa. Viajar es no saber.
—¿Y cómo es Banfield? Me pregunta eso, mientras la camioneta se desplaza entre volcanes humeantes, en una geografía verde, con plantaciones interminables de maíz a los lados. Suele verse un hombre de sombrero de alas, caminar con un atado de leña en la espalda. Hay niños que juegan al borde de la ruta y mujeres de pelo renegrido con los vestidos más coloridos de América. El paisaje se abre cada 500 metros vamos oscilando los 2800 metros de altura. Entonces me queda decirle:
— Banfield es plano. La naturaleza son algunos árboles plantados en las veredas y el cielo. Donde yo vivo hay veredas.
—¿Qué son las veredas?
Hemos entrado a un pueblo, y puedo explicar mejor, señalo una casa cualquiera y le explico que el hombre abre la puerta de su casa y en dos pasos pisa la calle. En Banfield alguien abre la puerta y hay sendero para que la gente camine, esa es la vereda. Entre la vereda y la calle suele haber también pasto y árboles.
—¿Como los gringos?
Asiento, con el dolor que me da encontrar los parecidos. Y son muchas las que he encontrado. Como los gringos los argentinos adoramos la bandera. Los niños la saludan en la escuela, los niños juran por ella cuando tienen 10 años.
—¿Qué juran?
—No me acuerdo.
Para quién a atravesado América latina, para quién se ha interesado un poco en su historia, no puede menos que perder todo tipo de simpatía hacia los Estados Unidos de América. Mientras escribo esto, han detenido el avión presidencial de Evo Morales en España. Otro país que no me merece simpatía. Desconfío de un país que necesite un Rey para algo más que contar historias de princesas y dragones y desconfío profundamente de un país que se sabe elegido por Dios, para destruir a los demás por los medios que se les antoje: Guatemala ha padecido a los EEUU de una manera singular. Fueron ellos que siempre estaban y están detrás de los asesinatos.
Hace dos años estaba yo también en Guatemala cuando éste reconoció que habían matado a unas 300 internos de un hospital para una prueba de laboratorio.
Ahora, mientras escribo, detienen el avión de Evo Morales, cuando esto pasa siento que están deteniendo el avión en que yo viajo. Desde el año 2001 he padecido las consecuencias de la política antiterrorista de EEUU hacia el mundo. Cada aeropuerto que he pisado, he visto como la desconfianza ha crecido hasta límites absurdos, y todo a partir de un supuesto atentado terrorista a dos torres. El imperio supone que usted es un terrorista hasta que demuestre lo contrario y hay una serie de lacayos de todas las nacionalidades que cumplen a rajatabla los mandatos del amo del norte, gobernados por el primer nobel de la Paz que ha declarado y mantenido guerras. Gracias a esto, usted no puede transportar agua hacia la zona de pre-embarque de un avión. Adentro los no terroristas le venden un agua a 4 dólares con cincuenta (aeropuerto de Panamá). Chaplin no imagino semejante cosa en su película tiempos modernos.
Cada año trabajo muy cerca de la frontera del imperio y he conocido “mojados” con menor y mayor suerte, todos ilusionados con un bienestar económico que en sus propias tierras le fueron negando porque sinvergüenzas locales son de la misma estirpe, son cientos y miles y de las edades más diferentes Algunos de esos “ mojados” han hecho taller de títeres conmigo, recuerdo especialmente un barrio, que nosotros llamaríamos una villa miseria, allí conocí un muchacho que se empezó a dedicar a hacer títeres. Se movía con total tranquilidad en una silla de ruedas y representaba historias simples. Una vez después de mucho días me contó la suya, estaba en el tren fantasma que atraviesa México rumbo a EEUU,
cientos de “mojados” viajan en él, allí donde “las maras” mandan, donde la solidaridad es igual al peligro. En una parada el tren arranco antes de tiempo, él corrió, trepó y vio una muchacha que no podía hacerlo entonces se agachó a ayudarla, se esforzó con el brazo a subirla y en ese vaivén lo chupó el tren hacia dentro. El tren siguió su marcha mientras él caía, entonces ya en el piso; separadas de su cuerpo sobre las vías; vio a sus piernas y se tomó la cabeza.
Estar en Centroamérica es conocer este tipo de historias. Estar es Centroamérica puede ser percibir esto.
AL TEATRO
Las primeras voces me vienen a despertar, estoy llegando ¡Guatemala de la Asunción, tercer ciudad de los conquistadores! M. A. Asturias
El Teatro Nacional es un centro cultural moderno y exquisito desde el punto de vista arquitectónico, también conocido como Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, en honor a el literato más relevante de Guatemala, autor de la obra “Señor Presidente”, premio nobel de literatura, y era verdad hacía literatura. Las relaciones entre Guatemala y Argentina, tienen dos protagonistas relevantes, han sido marcadas por Asturias, quien vivió en Argentina y por el “Che” que se detuvo allí en su viaje cuando Jacobo Arbenz, era presidente y se animaba por primera vez en la historia de América a enfrentar a la UNITED FRUIT, una de las variantes de dominación que ejercicio el Imperio Norteamericano durante décadas. La Unitet Fruit es la responsable del modismo “países bananeros”. Es por la United Fruit que los argentinos comemos bananas DOLE. El “Che”, vivió los años de la intervención Yanqui a Árbenz, quien como Salvador Allende pensó en un cambio pacífico. Los yanquis hicieron la otra cosa que saben, además de hacer películas: Invadieron Guatemala derrocaron a Árbenz e instalaron una de las dictaduras más sangrientas del continente. El “Che” vio ese proceso y fue allí que decidió que iba a tomar las armas.
El teatro está lleno. Estoy por entrar al escenario, es el cierre del festival de invierno. El presentador, comenta que hay figuras relevantes de la cultura en la platea. Está el vocalista de Alush Nahual, uno de los grupos más reconocidos del país, y sigue nombrando personalidades locales de la cultura, por si fuera poco; por coincidencia; está también el músico hondureño Guillermo Anderson. Es la primera vez que él verá mi trabajo, hemos almorzado juntos y sabe que yo utilizo una música suya en la obra que va a ver.
Empezó el espectáculo. Conozco esta recepción; la he vivido desde la primera vez que pise ésta tierra. Este pueblo ríe. Sabe reír como pocos. Con todo lo que han sufrido, ríen. Los chapines deliran, aplauden a rabiar, se ríen a carcajadas. Esto es lo que quería.
Antes de salir, el director de escena, un hombre de dos metros de alto me ha abrazado y dicho:
—Dios te ha puesto en este lugar. Hazlo.
He recibido el abrazo y lo he hecho.
He venido hasta aquí con mis viejos, los viejos de mi universo. Mi obra que lleva ese nombre.
El tiempo se detiene, el mundo ha desaparecido. Por esa sensación entro en escena.
De pronto estoy saludando. Al finalizar tengo una fila de personas que se acercan:
—Firmáme la playera. Me dice un muchacho señalando una impecable remera Nike.
—¿Te la voy a arruinar?
—Firmá hermano, esto no se olvida.
Una mujer me ha abrazado llorando explicándome que había entendido algo de su padre. Me dice que fue actor de Ariane Mnouchkine y ella misma escuchó cosas con Ariane que nunca había podido vivir en un teatro hasta esa noche. Un muchacho me ha extendido mi último libro para que se lo firme y cuando le pregunto a quién se lo dedico, rompe a llorar y se contiene al instante, entonces mientras balbucea, dice que es para su hermano que está internado con problemas del corazón y que fue él quién le pidió que me venga a ver.
El director del teatro le da un ramo de flores a mi mujer y a mi un libro.
Los amigos me esperan adentro del camarín. Cuando salgo del teatro estamos solo Rony, Armando Pineda, y Guillermo Anderson.
—Si ahora hacemos un mes, lo llenamos. Dice Armando.
Me acerco a Rony y le agradezco el esfuerzo que ha hecho. En Guatemala el Ministerio de Cultura existe pero puede ayudar dando palmadas. Rony es una de las personas que he conocido en mi viaje, son las que han valorado mi trabajo al punto de saber que aun cuando yo no poseía ningún tipo de auspicio de mi país, ellos debían arriesgarse a que el público de su país lo viera. Cada año; hace exactamente 9 años; Rony hace ese esfuerzo. Él mismo es un tipo de persona que abunda por América: son gestores culturales. Son la cultura de América Latina.
Creen en la posibilidad que una canción, un libro, un obra de teatro nos ayuden a que nuestro sitio, nuestro lugar, nuestra América sea un lugar más bello para vivir. Tener este tipo de amigo es un auspicio.
