Yo no tengo una real envergadura de la cantidad de pelotudeces que he hecho en mi vida. En los momentos que la ironía visita mi familia y mis amigos suelen decirme que yo soy un especialista en ello. Con respecto a la gente que no me conoce tanto es más o menos parecido, en general no les place que me haga el serio, en cambio están decididos a pagarme siempre y cuando haga pelotudeces. Para mí no es distinto, haber hecho pelotudeces me produce risa y hasta donde me acuerdo eso nunca me generó un cólico renal

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BRUJAS
Mi padre pregonaba el ateísmo. El me convenció de una forma muy didáctica la imposibilidad de que Dios existiera. Me pareció razonable. Nunca en su